En Mayo de 2021, visitamos la Chorrera de San Mamés, en el municipio de Navarredonda y San Mamés, en la comarca de la Sierra Norte. Últimamente me he convertido en un «Waterfall Wanderer«, la verdad es que me flipan las cascadas. A pesar de no haber podido salir los últimos meses de la Comunidad de Madrid, tengo la sensación de haber viajado más que ningún año.
Y es que en este último año de pandemia he conocido más lugares de mi comunidad que en los casi 40 años que tengo, incluidas varias cascadas, que no sé muy bien el motivo, seguramente por llevar una vida demasiado urbanita, he tardado demasiado en conocer:
Índice
Ruta a la Chorrera de San Mamés
| 7 KM | 2H | Baja/Media | – | Todas | No | Sí | No |
En esta ruta nos dirigimos al salto de agua más grande de la comunidad, la Chorrera de San Mamés, con más de 30 metros de caída. Su salto es mayor que la Chorrera de los Litueros, que no es la que tiene un mayor salto de agua, sino la más alta de la Comunidad, ubicada en Somosierra, a 1.433 msnm.
Para llegar desde Madrid se va por la A1, hasta la salida 76, Buitrago de Lozoya, donde se toma el desvío de la M-634 hacia Villavieja de Lozoya hasta el km 7, San Mamés.
Una vez llegado a San Mamés, vas a ver una bonita iglesia a la izquierda. Aquí tienes dos opciones:
- Dejar el coche en un pequeño parking al lado de la iglesia, donde hay hueco para 5 o 6 coches, y comenzar la ruta de senderismo hasta la Chorrera de San Mamés, con una distancia de unos 4 km (sólo ida) y un tiempo aproximado de 1h 15′ en cubrir el trayecto hasta la cascada.
- Estar muy atento inmediatamente tras pasar la iglesia a un desvío a la derecha por una pista estrecha de tierra. Aquí hay que seguir algunas señales que van indicando «Quesería«. Se trata de la Quesería Santo Mamés (que también puedes buscar en el navegador). Si sigues las señales al poco tiempo, aparece la quesería y a la hora que fuimos (10:30) de un sábado, ya había varios coches por los arcenes de los alrededores (no hay parking como tal, pero se puede dejar fácil el coche a ambos lados sin que moleste). El parking no debería ser demasiado problema, lo cual es un punto a favor de esta ruta:
La quesería merece una parada si quieres adquirir un buen queso artesano de pura leche de cabra del Guadarrama y de vaca alpina, y de paso poder ver su elaboración.
La ruta desde este punto es de unos 3,2 km hasta la cascada y el tiempo estimado del recorrido es de 1h aproximadamente. Yo tardé justo una hora, cargando a hombros a mi princesa de 3 años, prácticamente todo el camino. Ya lo pagará mi espalda dentro de poco. Es una ruta fácil que se puede hacer con niños pequeños o bebés en mochila. No se puede hacer con carrito o silla de paseo, porque hay una parte empinada y con rocas. La parte más complicada es al final de la ruta, pero nada insalvable.
La ruta se podría dividir en tres tramos:
Quesería – Casa del Leñador (2 km)
En este primer tramo, el camino es una senda ancha, en un continuo y ligero ascenso, y con unas piedrecillas que salpican prácticamente todo el camino, algo incómodas porque si pisas mal te las vas clavando en el pie. No hay sombra, así que si lo haces en verano, que no sea a las horas de más calor:
En nuestro camino se puede apreciar una vegetación formada por robles, acebos, fresnos, tejos, encinas, pinos y rosales silvestres:
En este punto, ya se puede atisbar la cascada a lo lejos, encajonada entre toda la vegetación:
Si echas la vista hacia atrás puedes disfrutar de vistas al lejano Embalse de Riosequillo, con una superficie de 326 ha, creado a mediados del S. XX:
Casa del Leñador – Puente del Arroyo del Chorro (1 km)
En este segundo tramo, el paisaje cambia por completo. Tras unos 2 km se llega a la Casa del Leñador, justo antes de entrar en un frondoso bosque de pinos serranos:
El bosque es bastante espeso, y en verano debe ser una delicia entrar en él, tras los 2 km del primer tramo:
Al cabo de un rato, aparece un mojón que señaliza la “Puerta de los Carpetanos”, que es como se conoce a estos montes de la parte norte de la Sierra de Guadarrama, junto a una señal que nos indica que faltan 750 m. para llegar hasta la Chorrera de San Mamés:
Este segundo tramo me pareció más asequible que el primero, había menos chinarros en el suelo y la sombra que proporcionan los pinos se agradecía:
Según se va avanzando, el terreno se vuelve más rocoso, pero sigue siendo fácil, no hay que trepar por las rocas ni nada parecido, el camino está bien marcado:
En uno de los claros del bosque, se empieza a divisar más claramente la Chorrera de San Mamés, rodeada de vegetación:
También nos acompaña el Arroyo del Chorro, con el rumor de sus aguas. Este arroyo desemboca en la Presa de Riosequillo, cerca del Pico Mondalindo:
Puente del Arroyo del Chorro – Chorrera de San Mamés (200 metros)
Este tercer tramo, arranca desde un puentecillo que cruza el Arroyo del Chorro, desde aquí hay unos 200 m. hasta la cascada. Es quizás la parte más díficil o más técnica, porque hay que subir algunos tramos de rocas, pero no debe suponer mayor dificultad que la de estar atento donde se pisa para evitar caídas o torceduras, y si vas con niños ayudándoles un poco a trepar algunas rocas. En cualquier caso, es un tramo corto:
En un claro en este bosque de pinos de Valsaín nos encontramos con la impresionante Chorrera de San Mamés, la cual proviene del Arroyo de Pinilla y tiene una caída de 30 m., la cual es visible desde bastante distancia, como hemos podido apreciar a lo largo del camino:
Es un salto de agua espectacular, culminando en un tobogán que hace saltar el agua hacia arriba. Es considerado el salto de agua más grande de toda la Comunidad de Madrid:
Dejo por aquí un par de vídeos para mostrar la fuerza con que baja el agua:
Salimos a las 10:30 de la quesería, llegando a la base de la cascada a las 11:30. Estuvimos algo más de media hora, tomando algo tranquilamente en una de las rocas que hay al lado de la cascada. Ésta se encuentra acordonada en algunos puntos para evitar caídas y resbalones para que no te acerques demasiado.
El camino de vuelta lo hicimos por el mismo lugar que a la ida, pero esta vez en bajada, por lo que se hace mucho más llevadero, tardamos unos 50′ en llegar de nuevo a la quesería. Según volvíamos al coche, el flujo de gente empezaba a incrementarse y me dió la sensación que iba a estar muy concurrido. Nosotros cuando llegamos había muy poca gente, y vimos que poco a poco iban llegando más y más grupos, por lo que recomiendo madrugar un poco y observar esta maravilla casi a solas.
Tuve un accidente con el móvil, se me raspó la pantalla al deslizarme por las rocas y se rompió el táctil, así que no pude hacer más fotos a partir de este punto, incluida alguna perspectiva más bonita de la cascada de frente ni tampoco de la iglesia de San Mamés, que visitamos (por fuera, estaba cerrada) tras la ruta.
En los alrededores de la quesería hay fincas con vacas y toros, que harán las delicias de los más pequeños. Justo cuando volvíamos de la cascada, apareció el cabrero que volvía de dar una vuelta a las cabras, ayudado por un par de perros pastores. También apareció un hombre montando a caballo, por lo que mi hija se volvió loca de alegría al ver tantos animales, prácticamente una granja al completo.
Iglesia de San Mamés
Terminamos la ruta en la iglesia de San Mamés (Iglesia de San Miguel Arcángel), una de las joyas arquitectónicas de la Sierra Norte, cuyos orígenes datan del S.XII, siendo de hecho una de las iglesias más antiguas de la Comunidad de Madrid.
Es una iglesia con historia, pues aquí parece ser que fue el lugar de coronación de Juana I de Castilla (Juana La Loca) y también fue cuartel general de los republicanos durante la Guerra Civil. Al lado de la iglesia hay un pequeño y antiquísimo cementerio.
Con esto dimos por concluida la excursión, si hubieramos tenido más tiempo, hubiéramos visitado el propio pueblo de San Mamés y también Navarredonda, que cuentan con potros de herrar, fraguas, viviendas rurales, … tan características de la comarca de la Sierra Norte, una zona que nos encanta y que no nos cansamos de visitar.
